Humedece un disco de algodón con el producto.
Primero quita el maquillaje de los labios, luego de los ojos (un disco de algodón por ojo) y luego del resto del rostro, hasta que los discos ya no se manchen. Para una mayor eficacia y no tener que frotar el rostro, apoya el disco de algodón sobre la piel durante algunos segundos antes de limpiar suavemente.